Padre Celestial, me encuentro ante ti con un corazón rebosante de gratitud por la semana que termina. Gracias por tu presencia constante en mi vida, por tu amor incondicional que me acompaña en cada paso que doy.
Gracias por la salud que me permite disfrutar de cada momento, por la fuerza que me da para enfrentar los desafíos y por la sabiduría que me guía en mis decisiones.
Agradezco por las personas que me rodean, por las familias y amigos que me llenan de amor y apoyo. Por las oportunidades que me has dado para crecer, aprender y servir a los demás.
Gracias por los momentos de alegría que he vivido, por las sonrisas que he compartido, por las experiencias que me han enriquecido el alma. Por las lecciones que he aprendido, por las dificultades que me han hecho más fuerte, y por las victorias que me han llenado de esperanza.
Te pido que me sigas guiando en el camino que has trazado para mí, que me ayudes a vivir con propósito y a compartir tu amor con el mundo.
Te doy gracias por todo, Padre, y te pido que bendigas mi vida y la de mis seres queridos.
Amén.