Padre celestial, a veces me siento inquieta porque no sé qué me espera en el futuro, pero hoy quiero entregarte mis preocupaciones y confiar en tu plan perfecto.

Sé que todo tiene su tiempo y su propósito, y aunque no siempre lo entienda, sé que estás obrando en mi vida. Ayúdame a aceptar con amor cada etapa que atravieso, a no aferrarme a lo que ya pasó y a confiar en que lo que viene es mejor.

Dame la paciencia para esperar en tu tiempo y la fe para creer que tu voluntad es siempre lo mejor para mí.

Amén.

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